25 junio 2020

Advertencias y precauciones en el uso de Dióxido de Cloro.

 


Reglas generales: (Advertencias y Contraindicaciones)

Cuanto más enferma se encuentre la persona a ser tratada, más lento debe ser el aumento de la dosis.
1. Hay que recordar que la inhalación masiva es tóxica, así que se debe evitar su respiración prolongada directa.


2. Como posible interacción (medida preventiva), hay que tener en cuenta el uso de los anticoagulantes (Sintrom-warfarina, heparina, etc…). El dióxido de cloro no aumenta la dilución de la sangre directamente, sino que aumenta la carga eléctrica en las membranas de los hematíes, haciendo que se repelan entre sí, cosa que se refleja en el índice de la medición.

3. En el caso de estar tomando un medicamento para una enfermedad “crónica”, muchos voluntarios han experimentado tal mejora que han podido reducir la dosis del medicamento paulatinamente, comprobando a menudo los niveles de medición (medicación para la hipertensión, diabetes…).

4. Algunas personas informan acerca de síntomas parecidos a los de un resfriado cuando se utiliza CD. Esto puede producirse por patógenos encapsulados en la mucosidad de la nariz o los pulmones de un resfriado anterior, llamado “biofilm”. Los gérmenes a veces se encapsulan en el moco endurecido pero siguen vivos. El gas ClO
2  es conocido en la industria de saneamiento de aguas, ya que es capaz de eliminar este biofilm, debilitando el moco y los antiguos gérmenes del resfriado.

5. Hay que recordar que el dióxido de cloro funciona como oxígeno al fuego, muy poco no sirve y demasiado puede provocar una reacción muy fuerte, así que experimente y decida por usted mismo, escuchando a su cuerpo. No se debe forzar nada. Si ha iniciado un protocolo y tiene algún indicativo de algo que no le hace sentir bien —no hay que confundir tampoco con las crisis curativas, que muchas veces parecen efectos adversos cuando en realidad el cuerpo ha iniciado el camino hacia la recuperación— debe disminuir la dosis hasta que los efectos negativos desaparezcan y luego continuar con la pauta. Ajuste la dosis
para tomarla con comodidad. La finalidad es que no se aborrezca.

No se acelera el proceso de curación tomando más de lo que se debería.

6. Mucha gente también pregunta cuánto tiempo se puede utilizar el
dióxido de cloro. Esto depende de la enfermedad y de la dosis. En dosis pequeñas no debe haber problemas ni siquiera a muy largo plazo, como indican las pruebas clínicas obtenidas con ratones y abejas durante dos años. De hecho, el residuo que deja el dióxido de cloro es oxígeno y unos pocos miligramos de sal, que el cuerpo los absorbe, es inocuo incluso para personas a quienes la sal está desaconsejada.

7. Se puede utilizar el tiempo que cada uno lo vea necesario. En teoría toda la vida, pero tampoco veo razón para esto. Hay que escuchar el cuerpo y cuando está mal podemos recurrir al dióxido de cloro, para ayudarle en su recuperación, aportando oxígeno a todas las zonas ácidas y enfermas.

8. Una dosis alta de CD en ayunas puede causar vómito. El clorito sódico (NaClO2) acidificado (= activado) provoca una segunda reacción en el estómago, a diferencia del CDS. Hay que estudiar bien el caso, para saber qué protocolo es el que se aplica según la urgencia del caso. En casos sensibles siempre se debe empezar con CDS.

9. Activado con ácido cítrico puede provocar en personas sensibles acidosis intestinal y malestar, Citrobacter y algunos hongos. .

10. Tener en cuenta el estado, peso y edad de la persona.

11. La equivalencia de ingestión entre el CD (MMS) y el CDS aproximada, se ha establecido en 1 ml de CDS = 1 gota de CD (MMS) activada. Aunque científicamente no es del todo correcto, se establece así teniendo en cuenta la reacción secundaria en el estómago.

12. Antes de iniciar cualquier protocolo, comprobamos primero la
compatibilidad para evitar efectos adversos. Para esto, se mezcla una gota de clorito sódico (al 25%) con una gota de ácido clorhídrico (al 4%), se espera un minuto hasta que esté amarillo ámbar y se añaden 100 ml de agua y posteriormente se ingiere. Si durante las próximas dos horas no hay efectos adversos, se puede iniciar el protocolo.

En caso de sobre-dosificación:

• Se puede tomar unos vasos de agua con bicarbonato o zumo licuado de unas manzanas frescas.
• Seguir protocolo establecido.

En caso de malestar:

• Puede ocurrir que CD destruya patógenos más deprisa de lo que el organismo puede eliminar.
• Volver a la dosis del día anterior o reducir más.

El malestar puede estar ocasionado por:

1. La gran cantidad de patógenos que se eliminan al mismo tiempo.

2. La toxicidad propia que los patógenos en sí vuelcan sobre el sistema.

Algunos efectos secundarios manifestados:

• Malestar general, cansancio (mayor que el que provoca la propia
enfermedad), náuseas, diarrea, vómito en algún caso.
Una cosa muy diferente es cuando la enfermedad requiere cantidades muy altas de CD, lo que sucede cuando se trata de una enfermedad terminal, grave, o de difícil recuperación. Hasta la fecha no existen indicios reportados de efectos negativos enzimáticos o de oxidación de minerales esenciales.

En todo caso hay algunas personas que han hecho como rutina, cada una o dos semanas un día de pausa, tomando fruta durante ese día de abstención. 
Otras personas utilizan protocolos de tres semanas con una semana de descanso, para luego hacer otras tres semanas consecutivas.
En mi opinión, esto es válido, ya que hay que escuchar qué es lo que nos pide el cuerpo, la idea es mejorar y no forzar porque sí.

QUÉ NO COMER NI BEBER:

1. Espaciar todas las dosis ½ hora de las comidas y 1 ó 2 horas de los medicamentos.

2. Zumo antioxidantes esperar mínimo 4 horas, mejor evitar.

3. Preferentemente, no mezclar CD con: café, alcohol, bicarbonato, vitamina C, ácido ascórbico, zumo de naranja, conservantes o suplementos (antioxidantes), aunque no suelen hacer interacción, pueden neutralizar la eficacia del dióxido de cloro.

Cuestiones de sabor:

Para disimular su sabor, sobre todo su olor:

• El CDS apenas sabe y es fácil de tomar. El ácido del activador debe ser ácido clorhídrico (HCl) al 4%.
• Tomarlo desde una botella para evitar evaporación del gas en la nariz.
• Tomarlo frío. Por debajo de 11 °C, el gas de dióxido de cloro no evapora.
• Ponerle un chorrito de cola.
• Mezclarlo con leche de arroz (biberón, vaso).
• Poner 1/4 de agua de mar y el resto agua mineral.
Zumos de frutas no los recomiendo, ya que merman la eficacia por sus antioxidantes naturales.

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